
martes, 20 de marzo de 2007
HERNAN NUÑES OYARZE. CONSIDERADO PARA MUCHOS EL PADRE DE LA CUECA BRAVA

Las picadas: ¿Qué es una picá? Picá es una casa donde había mujeres ...que les gustaba la cueca, algunas tocaban la guitarra , cantaban, y las vecinitas por ahí venían... no ve que llegaba gallada, y había trago, y había asado, y el hombre iba a comprar, no ve que el hombre va a comprar cuando está de lacho. Mire, por lo general... la picá clásica era la de los conventillos. Entraba uno y le servían un poquito de vino... El Cairo era una picá que sobresalía. La dueña pololeaba con un jefe de la pesca... Llegaban los cachureros, los afuerinos, los pillingajos. Ahí no había música. Había prosenio, un piano, habían panderos, así que llegaban, iban a comprar un chuico y se juntaban todos: el Cojo Perico, el Mario (Catalán), el Nene, y ahí es donde se veía la cosa buena. La necesidad hizo mucho, porque siempre ahí estaba el pedazo de carne y qué sé yo... Cuando yo era cabro chico vivía frente al conventillo El Diablo... Ahora está como sité, pero es bien pichiruche. ¡Las tomateras que se armaban! siempre habían acordeones a botones y cuestiones así. Había gente que cantaba bien... don Domingo Briceño..., tenía carretones de golpe, tan señorial, bacán se puede decir. Entonces yo vivía las cuecas. Una señora Manuela tocaba el arpa. Habían otros por ahí, el Urbano me acuerdo, que cantaba en un tarro.
A mí me gustaban las de cuecas de al frente (del Convenillo El Diablo), porque eran más achoriflaitadas. La señora Aurora tenía dos hijas, una tocaba el arpa y la otra tocaba la guitarra y era media tartamuda. Los hijos eran cargadores en la Estación. Entonces un gallo caía parado ahí, con la iñora... de a poco... y después venía otro, y también lo mismo. Entonces de ahí empezaban las mochas.
LA CUECA CON NOMBRE DE MUJER.

No usan vestidos con flores, calcetines con vuelitos, delantal blanco, tampoco chupallas. No mueven pañuelo blanco y sin embargo son huasas. Nadie las para cuando se les pregunta qué significa esto de innovar en el baile nacional. Ellas son claras: su aporte es eliminar el estigma de que la cueca es fome.
A primera vista se podría pensar que son rockeras, hip-hoperas o simplemente postulantes a un concurso de jóvenes intérpretes con ganas de ser famosas. Pero no, estas seis mujeres tocan desde el 2001 y esta semana acaban de lanzar su tercer disco, titulado “También es cueca”. Son conocidas en el circuito macrocuequístico por administrar en los escenarios seducción femenina al son de letras del maestro Hernán Núñez. Esta conversación la tuvimos justo antes de una presentación en el Estadio San Jorge, donde ejecutivos top las esperaban para zapatear como Dios manda el sentido patrio de la efeméride.
Media hora antes del show, las chicas se maquillaban como si fueran a carretear a un club clandestino. La producción no pasó más allá de sombras y rímel en los ojos. Se visten con ropa de calle: faldas encima de pantalones, cinturones con punta, jeans, chalequitos de hilo, zapatillas, poleras de lycra con diseños fashion. Esta alternatividad pasa a segundo plano cuando el micrófono y los instrumentos se apoderan de sus cuerpos, es ahí cuando el baile nacional sufre una metamorfosis de ritmos. Escucharlas da la sensación de que se esfuerzan por cambiar hasta el carácter criollo.
Las canciones de su último CD hablan de una tercera versión de “Pedro Navaja”. Hay también pena en los versos y el desgarro emocional que las ha hecho famosas. Una vez montadas frente al público, reciben aplausos, pero más de uno mira con cara de ¿dónde está el chilenazo?
Katherine (26), la última en llegar a la banda, aclara que la fórmula de Las Capitalinas es transmitir feminidad, mucha empatía con el público y animación vocal.
Media hora antes del show, las chicas se maquillaban como si fueran a carretear a un club clandestino. La producción no pasó más allá de sombras y rímel en los ojos. Se visten con ropa de calle: faldas encima de pantalones, cinturones con punta, jeans, chalequitos de hilo, zapatillas, poleras de lycra con diseños fashion. Esta alternatividad pasa a segundo plano cuando el micrófono y los instrumentos se apoderan de sus cuerpos, es ahí cuando el baile nacional sufre una metamorfosis de ritmos. Escucharlas da la sensación de que se esfuerzan por cambiar hasta el carácter criollo.
Las canciones de su último CD hablan de una tercera versión de “Pedro Navaja”. Hay también pena en los versos y el desgarro emocional que las ha hecho famosas. Una vez montadas frente al público, reciben aplausos, pero más de uno mira con cara de ¿dónde está el chilenazo?
Katherine (26), la última en llegar a la banda, aclara que la fórmula de Las Capitalinas es transmitir feminidad, mucha empatía con el público y animación vocal.
CUECA EN "SONIDO URBANO"


La cueca brava, nacida a comienzos de siglo XX, cultivada en los 60 por el legendario conjunto Los Chileneros, hoy cuenta con un buen número de descendientes. A fines de los 70 nacen en Valparaíso Los Paleteados del Puerto. En los 80 surgen en la misma ciudad Los Afuerinos y Altamar. En tanto que en Santiago, descollan Los Pulentos de la Cueca y Héctor Gitano Pavez. En los noventa renuevan la escena Los Santiaguinos, Los Chinganeros y Los Trukeros, quienes en sus presentaciones incluyen actuaciones y coreografías. Ya inscritos en el siglo XXI, destacan Los Tricolores, Los Porfiados de la Cueca, Las Torcazas y Las Capitalinas, estas dos últimas agrupaciones sobresalen por estar integradas por mujeres que van de los 15 a los 28 años. Se trata de un puñado de músicos que no tiene nada que ver con las historias de cuchillos que inspiraron en sus inicios a la cueca urbana. En realidad, es un grupo de valientes innovadores que intentan mantener vivas las raíces folclóricas, tienen presentaciones a tablero vuelto durante Fiestas Patrias y el resto del año deben desarrollar labores lejos de los escenarios para ganarse la vida. He aquí los herederos.
TEXTO LEANDRO SALINAS
FOTOGRAFIAS WWW.CUECACHILENA.CL

No tiene la picardía de la cumbia ni la sensualidad de la samba. Quizás representa bien el carácter de los chilenos: un poco fome, pero simpática y tierna.
La cueca se había comenzado a difundir masivamente en 1824. Su origen no está nada de claro, ya que hay quienes la asocian a las culturas española, africana, peruana y a nuestra propia cultura indígena. Una de las hipótesis más difundidas es la de Carlos Vega, quien sostiene que la cueca llegó a nuestro país desde Perú.
Tampoco hay acuerdo en el tema de la etimología de la palabra cueca. Según Benjamín Vicuña Mackenna, la palabra originaria fue "zambaclueca", de raíz negra: "zamba" que significa baile en el idioma africano Bantú y "clueca", que es la fase cuando la gallina deja de poner huevos y busca donde empollar.
La cueca se había comenzado a difundir masivamente en 1824. Su origen no está nada de claro, ya que hay quienes la asocian a las culturas española, africana, peruana y a nuestra propia cultura indígena. Una de las hipótesis más difundidas es la de Carlos Vega, quien sostiene que la cueca llegó a nuestro país desde Perú.
Tampoco hay acuerdo en el tema de la etimología de la palabra cueca. Según Benjamín Vicuña Mackenna, la palabra originaria fue "zambaclueca", de raíz negra: "zamba" que significa baile en el idioma africano Bantú y "clueca", que es la fase cuando la gallina deja de poner huevos y busca donde empollar.
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